MOVIMIENTO RESPIRATORIO PRIMARIO (MRP)
El cráneo tiene su propio movimiento, a través de las suturas de los huesos que lo conforman. Estos movimientos son de muy poca amplitud, pero no por ello menos importantes en la fisiología humana. Liem Torsten, osteópata, escribe:
- "El cráneo está formado por 22 huesos craneales (28 incluyendo los huesecillos del oído), que dan lugar a más de 100 uniones entre ellos. Las suturas entre los huesos permiten que exista una pequeña posibilidad de movimiento y pueden separarse cuando están sometidas a presión o tracción. Además de ello, cada uno de los huesos del cráneo, como estructura viva y bien irrigada ("fluida"), cuenta con un cierto grado de flexibilidad y maleabilidad. Gracias a ello, cada hueso tiene una movilidad mínima pero significativa, que, dependiendo de cada paciente, se sitúa entre los 12 y 25 µm".
El padre de estos descubrimientos dentro de la Osteopatía fue William Garner Sutherland.
1er Principio. Movimiento óseo craneal.
Las suturas permiten un mínimo deslizamiento en fases de expansión y retracción debido a las tensiones de las membranas craneales en la fluctuación del líquido cefalorraquídeo originado en los plexos coroideos. Las suturas separan a los huesos mediante una membrana sutural. Este movimiento se ve coadyuvado por la movilidad intrínseca del cerebro, la denominada motilidad visceral, por el sistema cardiorespiratorio, por los sistemas de drenaje vascular cerebral, por la acción de bombeo del diafragma, que permiten que el cráneo experimente con un ritmo cíclico (MRP), movimiento en los huesos craneales, y por difusión del LCR, a través del sistema nervioso periférico, respiratorio primario en todo el cuerpo. Este movimiento aunque sutil, ha sido demostrado experimentalmente por los investigadores, a través de diferentes sistemas de sensores en las suturas craneales.
2º Principio. Movimiento cráneo-sacro.
Movimiento cráneo-sacro, relacionado por la duramadre espinal que por tensión e inserción recíproca da movimiento al pivote esfenobasilar y al sacro entre los ilíacos. Al ser esta membrana, inextensible, y al provocar el movimiento craneal una flexión del occipital, este, por sinergia tira de las inserciones de la duramadre en sacro, a nivel de S1-S2. Así cráneo y sacro se mueven al unísono, según este ritmo llamado MRP. Las restricciones o alteraciones en este movimiento craneal repercutirán en sacro y por tanto en toda la cintura pélvica. Por el contrario, también las alteraciones de la cintura pélvica, pueden repercutir en cráneo. Pero aún podemos ir más allá, puesto que no hay solución de continuidad a nivel fascial, que todas las fascias del cuerpo forman una sola, también desde el sistema estructural periférico, o desde el visceral, pueden haber repercusiones en el movimiento cráneo-sacro.
3er Principio. El MRP (Movimiento Respiratorio Primario).
Se da al principio de nuestra vida y se mantiene aproximadamente 15 minutos después de la muerte clínica, tal y como se demostró en la década de los 70 y 80 mediante evaluaciones científicas. Consta de la fase de flexión o expansión y de la fase de extensión o retracción, a un ritmo de 6-12 ciclos por minuto, es decir unos tres segundos por cada fase. Es un ritmo constante, independiente del respiratorio y disociado del ritmo cardíaco y de su actividad. Solo se ve alterado por ciertos componentes fisiológicos.
Más vídeos en:
- Anatomía del Cráneo y del cerebro - Recomendado para Terapia Cráneo-sacra (Recopilación de Vídeos) - Parte 1
- Anatomía del Cráneo y del cerebro - Recomendado para Terapia Cráneo-sacra (Recopilación de Vídeos) - Parte 2
- Sistema Craneo Sacral 1: Circulación del Líquido Cefalorraquideo
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