Este es un fragmento del libro "la Conciencia sin fronteras" de Ken Wilber. Un libro muy recomendable.
Si siente mucha hostilidad y cólera, podría descargar esta emoción en actividades como gritar, vociferar y gesticular con brazos y puños cerrados. Estas actividades musculares son la esencia misma de la hostilidad. Es decir que, si quiere suprimir la hostilidad, sólo puede conseguirlo si suprime físicamente esas actividades de descarga muscular. En otras palabras, uno tiene que usar esos músculos para refrenar esas actividades de descarga, o más bien tiene que usar algunos músculos para refrenar la acción de algunos otros. El resultado es una guerra de músculos. La mitad de los músculos pugnan por descargar la hostilidad golpeando, mientras la otra mitad se esfuerza por impedirlo. Es como apretar al mismo tiempo el acelerador y el freno. El conflicto termina en tablas por ahogado, pero de una manera muy tensa, en la que se gastan grandes cantidades de energía con un movimiento neto equivalente a cero.
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